El 2020 será recordado como el año donde se produjo la mayor comprensión por parte de la ciudadanía de la importancia de la ciencia y la tecnología en la vida diaria.
Pese a las dificultades existentes, Matías Ruiz tiene una mirada esperanzadora sobre el futuro de la economía del conocimiento. No obstante, puntualiza los aspectos que necesitan ser atendidos, durante una entrevista con EL DIARIO.
Redacción El Diario | [email protected]
Egresado de la UNER, emprendedor, innovador, Matías Ruiz es uno de las referencias que ayudan a pensar un campo dinámico como el de la economía del conocimiento en la región. Titular de GestINNOVA, fundador y ex presidente del Polo Tecnológico del Paraná, su experiencia le da suficiente autoridad para opinar, diagnosticar, proponer y criticar. A propuesta de EL DIARIO, desmenuzó las fortalezas y las dificultades del sector en torno a Paraná.
–¿Que es la Economía del Conocimiento?
–Escuchamos cada vez más la importancia que los países le dan a este tipo de empresas ¿Qué las distingue de una empresa de la “economía tradicional” o de “tecnologías maduras”? Bueno, que para llevar adelante sus actividades, es decir para desarrollar y ofrecer productos o servicios o mejorar sus procesos, aplican conocimiento y la digitalización de la información apoyado en los avances de la ciencia y de las tecnologías.
–¿Cómo está constituido el sector de empresas del conocimiento en el área de Paraná?
–Paraná y sus alrededores es un entorno tecnológico en desarrollo. No tenemos aún el sector de empresas de tecnologías, como componente significativo de la producción local.
Tenemos empresas de software como principales representantes. Son todas pequeñas empresas locales, entre las cuales podemos destacar Integral Software, Grandi y Asociados, ETSOL, Intelectia, Pathfinding, Argeniss.
También existen empresas que tienen su central en otros lugares, principalmente CABA, pero buscan talentos locales y tienen en Paraná centros de desarrollo, tales como Hexacta, Lemondata, Orangedata, Velocity Partners o incluso Mercado Libre.
Otras que colaboran con la transformación digital de empresas y organizaciones como Bethedriver, S2S y muchas más que están creciendo con software y aplicaciones muy diversas, pero de menor tamaño como IT Estudio, IT Paraná, Materia Sistemas, Oro Verde Digital, Silix, Hal Ingenieria, Jargon Web, Pescapp.
Quienes vienen creciendo y lo vienen haciendo juntos, son emprendedores que desarrollan videojuegos, tal es el caso de Ghost estudio. Difícil de cuantificar y visualizar es el caso de los freelancers, profesionales o desarrolladores que trabajan en forma independiente, en general para el mercado externo participando en proyectos globales coordinados por empresas de software factory de algún lugar del mundo.
Destacamos también empresas de la cadena de valor farmacéutica con actividad en distintos eslabones: desde producción de principios activos farmacéuticos APIs oncológicos (caso único en el país como lo es Eriochem), producción de medicamentos (Lafedar) o servicios de Bioequivalencia (estudios clínicos) como lo es la innovadora empresa DominguezLab.
Siguiendo en el campo de Salud y como fruto de ya decenas de años de graduados de bioingeniería de la UNER, algunas pequeñas empresas o emprendedores en este campo, ej. Simedic Bioingenieria, Lumi, Cardiocom o Bioparx.
Otras empresas también conforman este creciente sector como lo son las que ofrecen servicios de ingeniería como por ejemplo Barbagelata Ingenieria BISA, Justo Dome y Asoc. o las productoras de contenidos audiovisuales.
–¿En qué áreas concretas están trabajando estas empresas?
–De las empresas mencionadas, podemos dar algunos ejemplos de las tantas actividades en las que están trabajando. Recientemente vimos en las noticas como el laboratorio DominguezLab participó del estudio clínico del suero equino anti Covid-19 que permite una inmunoterapia basada en anticuerpos policlonales equinos y constituye un potencial tratamiento del coronavirus.
Integral Software ofrece a obras sociales y organizaciones sanatoriales software para mejorar su gestión; así como ETSOL lo hace para el sector de ferreterías y vinculados. Bethedriver ya está ofreciendo la app local Buggy para acceder a comprar comidas, helados o cualquier producto en mejores condiciones que ofrece Pedido Ya.
Lumi puso sus conocimientos en generar una solución en el marco de la pandemia, con luz ultravioleta para lograr la desinfección y de ese modo proteger a las personas, esto les valió el Premio Emprendedor Solidario Covid-19, que otorga la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Ahora temporalmente suspendidos, pero si alguien ha ido a un torneo de pesca seguramente utilizó la aplicación que provee Pescapp.
–¿Cuál son sus talones de Aquiles y sus posibilidades de consolidación?
–Hay un contexto e historia nacional que no ayuda que tengamos un sector productivo mucho más innovador y productivo de lo que podemos tener. Los ciclos de crecimiento y freno que se repiten a lo largo de la historia reciente Argentina, los importantes cambios de timón en las políticas macros y sectoriales según quien gane o pierda una elección, la preponderancia de discusiones supuestamente ideológicas o políticas carentes de contenido técnico, es decir la falta de consensos que permitan mostrar un camino de mediano/largo plazo y una planificación posible. Reglas claras y sustentables, es de particular relevancia para este tipo de empresas que tiene pocas restricciones para moverse de una ciudad, país o región a otra. Imaginemos la facilidad que tiene una empresa de software para decidir si un proyecto nuevo lo desarrolla en Paraná, Santa Fe, Estados Unidos, India o cualquier lugar del mundo. La integración al mundo es también una tarea pendiente.
Pensando en el principal talón de Aquiles de carácter local que frena la expansión del sector, es la incapacidad del sector de integrarse más profundamente en el conjunto de la ciudadanía paranaense y poner de manifiesto la necesidad de modificar nuestra matriz productiva, o mejor dicho, de dejar de ser una ciudad esencialmente administrativa y pasar a ser una ciudad productiva.
Esto ha llevado a que muchas iniciativas productivas sean frenadas, algunas tienen estado mediático y son visibilizadas como fueron reiterados intentos de construir un Parque Científico Tecnológico (hoy con avances, por cierto), pero muchas otras son “subclínicas”, es decir que ni siquiera nos damos cuenta que una empresa en vez de radicarse en Paraná lo hizo en otro lado.
–¿Cómo ha impactado la pandemia en el desarrollo del sector?
–Al 2020 lo vamos a recordar, entre otras tantas cosas raras, como el año donde se produjo la mayor comprensión por parte de la ciudadanía de la importancia de la Ciencia y Tecnología en la vida diaria. Nos dimos cuenta que se pueden tener encuentros laborales más eficientes y a menor costo de tiempo y movilidad con herramientas gratuitas como Zoom o Meet y que nos sirven para acercar a seres queridos que viven en otros lugares. Nos dimos cuenta que al final es muy fácil comprar desde el celular o evitar colas para pagar el gas, la luz o impuestos. Nunca hubo tanto debate sobre la posibilidad, con sus beneficios y desafíos, que tiene la educación no presencial en todos sus niveles. Así podemos mencionar muchos ejemplos de la denominada “transformación digital” de nuestra sociedad, y esto va a quedar.
Pero también nos dimos cuenta que la vacuna es muy importante para ayudarnos a salir del cansancio de esta pandemia. Que los testeos son importantes para definir si estoy o no contagiado, que distintos artefactos lumínicos o químicos sirven para sanitizar y disminuir la posibilidad de contagios. Disciplinas como la Química, la Física, la Biotecnología, la Nanotecnología también estuvieron presentes en el debate de un hogar así como en la televisión y pudimos comprender mucho mejor que atrás de estas palabras que estudiamos en la escuela, hay personas que se llaman científicos.
Ayuda mucho que Argentina pueda sobrellevar esta pandemia, decenas de años de Investigación Científica de calidad que tienen nuestras Universidades y centros de investigación y se pusieron sobre la mesa.
Esta visualización va a generar cambios profundos que no tenemos hoy la posibilidad de dimensionar. La habitualidad de demandar productos o servicios que tengan tales o cuales características va a estar mucho más presente.
El mecanismo de ir satisfaciendo estas nuevas y mayores necesidades que esta “nueva normalidad” nos instaló, es el desarrollo y puesta a disposición de tecnologías. Por esto, el impacto augura un crecimiento significativo de este sector.
–¿El 2020 significó un retroceso como sucedió para resto de la economía?
–Si bien sufrió, y aún lo sufre, las consecuencias económicas de la pandemia y el aislamiento, este sector lo pudo sortear mejor que otros. Se mantuvo en las primeras posiciones de indicadores económicos, algunos de tanta importancia como mantener o incluso aumentar en muchos casos el empleo. Hay muchas situaciones distintas, pero en general pudimos observar que aquellas empresas que trabajan con tecnologías de punta, que tienen mercados diversificados, que trabajan colaborativamente y en red, que tienen capacidades profesionales propias para crear y responder al cambio, son las que mejor la han sobrellevado.
–¿Fue aprovechado para adecuar aspectos que le otorguen consistencia a los procesos, entre los empresarios, el sector científico tecnológico y/o con el sector gubernamental nacional, provincial o municipal?
–En instancias iniciales del aislamiento hubo muchas iniciativas nacionales de colaboración pública privada para buscar resolver desde la ciencia y la tecnología esta imprevista situación, observándose un clima de mucha integración. Algunas de estas iniciativas continuaron, otras quedaron o se modificaron.
El desafío es comprender que estas integraciones entre universidades, gobierno y empresas no solo debe darse para una situación sanitaria extrema, sino que debe ser permanente y que la inversión pública que hacemos en los grupos de investigación debe repercutir en más y mejor empleo, en divisas, en igualdad, es decir, en mejorar nuestra sociedad.
Tenemos localmente una disponibilidad amplia de capacidades científicas de relevancia en diversas instituciones públicas tales como la Universidad Nacional de Entre Ríos, la Universidad Autónoma de Entre Ríos, la Universidad Tecnológica Nacional con su Facultad Regional, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial y, en forma incipiente, se viene consolidando la presencia del CONICET con diversos grupos de investigadores en modalidad de doble dependencia con las anteriores instituciones. Estas capacidades brindan un pool de potenciales negocios que están, o deberían, estar disponibles para que las empresas, emprendedores e inversores los encuentren y los desarrollen.
Desde el Polo Tecnológico del Paraná PTP, organización civil sin fines de lucro integrada por prácticamente todos estos actores públicos y privados que hemos mencionado, se viene trabajando en este sentido desde su propia creación ya hace 7 años, pues es la razón de ser del mismo. El proyecto de búsqueda de un espacio físico donde estos actores puedan estar trabajando codo a codo todos los días, como lo fue el Parque Tecnológico y ahora el Distrito del Conocimiento, es un caso concreto de estos desafíos.
–¿Cuántos de los problemas prepandemia se mantienen?
–Muchos de estos cambios llegaron para quedarse, avanzamos 4 casilleros, podremos retroceder uno o dos, pero 2 casilleros avanzamos. Que comprendamos que esta situación sea un aprendizaje dependerá que el impacto al mediano plazo revierta lo negativo que fue el 2020 y sea un punto de inflexión para el crecimiento y desarrollo de nuestro país.
–¿Cómo caracterizaría las políticas hacia el sector implementadas desde la Municipalidad, la Provincia y la Nación? (legislativas, de fomento, de integración intersectorial)
–A nivel nacional la política en Innovación, Ciencia y Tecnología no queda fuera del mencionado cambio de rumbos según cambian los gobiernos. Un claro y reciente ejemplo es el debate de la hoy ya aprobada, reformada y reglamentada Ley de Economía del Conocimiento 27.506 LEC.
Se aprobó en el 2019 por unanimidad aún en contexto de campaña electoral, animaba a pensar que si se pueden hacer “Políticas de Estado previsibles para la inversión en Argentina”, pero unos meses después se volvió a cambiar.
Resultado: perdimos un año y emitimos malas señales. Lo positivo es que hoy la tenemos ya lista para implementar, estamos todos comprometidos y con la expectativa de que comience a dar sus frutos. Pero hay que ser pacientes, las decisiones empresarias y el desarrollo de las tecnologías requieren de maduración.
Asimismo, otras herramientas de ayuda como Aportes No Reintegrables ANR, Créditos, están siendo puestas a disposición de las PyMEs por parte de organismos nacionales y eso está bueno porque ayuda a las chicas con problemas que a las grandes les resulta más fácil resolver.
Pero es el contexto macro, y particularmente las expectativas futuras, las que hacen tomar las decisiones a las empresas y, en este punto, hay muchos interrogantes.
–Se los puede repasar…
– Sí ¿Cómo salimos parados económicamente de la pandemia? ¿Podremos iniciar definitivamente un camino para revertir la tendencia de pérdida del valor de nuestra moneda, de pobreza y desempleo creciente? ¿Cuál es la estrategia de inserción global tan importante para la exportación?
El Estado, no sólo los gobiernos de turno, tienen que dar señales claras y sustentables para empresas, emprendedores, inversores, Universidades y muchos otros actores incentivándolos a que se animen a apostar a la Economía del Conocimiento y hagan explotar nuestros talentos creativos y profesionales, nuestros conocimientos científicos tecnológicos y que de una vez por todas se transformen en trabajo, riqueza, impuestos y codiciados dólares para nuestro país.
–¿Y qué pasa por estos lados?
–Se está avanzando, tal vez más lento de lo que se observa como necesario para que no quedemos atrás como ciudad y como provincia. Otras provincias como Santa Fe, Córdoba, Mendoza, CABA tienen experiencias de años de políticas activas y continuadas para promover este sector y han logrado conformar entornos tecnológicos empresariales muy dinámicos y con muchas empresas exitosas.
Se trabajó desde la provincia, junto a entidades como el PTP, en la adhesión provincial a la LEC la cual fue aprobada por unanimidad en el Congreso Provincial. Se están generando distintos mecanismos que la complementen y permitan que nuestro territorio sea un espacio de seducción para el desarrollo, crecimiento y radicación de estas empresas y emprendimientos. Tenemos muchas cadenas de valor muy competitivas en las cuales la tecnología puede colaborar a seguir mejorando: Avícola, Forestal, Agroindustria en general, Salud, Turismo, etc.
En Paraná se ha logrado un hito muy importante que fue la aprobación unánime de la Ordenanza de creación del Distrito del Conocimiento. Ahora hay que darle contenido y hacer que los objetivos esperados se cumplan: tener un espacio para que estas cosas pasen en Paraná.
–El diagnóstico de las empresas del Paraná es el de las del resto del país?
–La situación general del sector es comparable en el resto del país. Las diferencias radican en la conformación y dinámica de los entornos en la que se insertan. Es acá donde tenemos que seguir avanzando en el camino emprendido y evitar que las brechas que nos separan con otras localidades se incrementen. Asimismo, debemos generar integrarnos a otros entornos.
Así como una empresa PyME tiene mejor capacidad de crecimiento si lo hace en forma colaborativa con otras, los entornos tecnológicos chicos también. Existe un “corredor tecnológico” Paraná – Oro Verde – Santa Fe que es inmediato y de largo plazo a la vez, integrar y pensar estratégicamente.
–¿Qué expectativas tienen de cara al 2021?
–De expectativas, positivas: de mucho crecimiento para el sector. Creo que están dadas las condiciones para que estas oportunidades puedan ser aprovechadas. Seguiremos trabajando coordinadamente para que pueda darse.
FUENTE: EL DIARIO.